Este verano ha sido muy poco productivo, pocos hallazgos en mi librero de siempre en Vic. La verdad es que debo tener mentalidad de restricciones o influida por la atmósfera de poco gasto, ya que todo o que vi me pareció muy caro y en no muy buen estado. Puede que lo único que me arrepiento es de no haber comprado un libro con ilustraciones de Emili Ferrer.
Por eso volví a dar un vistazo a la biblioteca que hay en la casa donde estaba y allí encontré tres libros para niños. Uno es este, un clásico El soldadito de plomo, no lleva ni pie de imprenta por lo que no se ni quien lo editó ni donde. Rastreando por la red el nombre del ilustrador, Richards, que sale a pie de dibujos en pequeño, he encontrado que debía ser un ilustrador norteamericano o anglosajón puede que de los años 50 o anterior. La verdad que me ha sido imposible encontrar ni una pequeña nota biográfica y a la conclusión que he llegado es por el idioma de los libros que ilustró. También puede ser posible que dibujante y dibujos sean anteriores a los años 50, más que nada por la vestimenta de los niños que salen el cuento que tiene un aspecto más de los 30 o 40 que de los 50. Con los bombachos que llevaba el Tintín de Herge.
El libro está resuelto con una paleta de colores corta, negro, turquesa, rojo verde y amarillo que debieron ser impresos como tintas separadas, aunque el verde puede ser una mezcla del turquesa/cían con el amarillo, debería mirarmelo con un cuentahilos, cosa que todavía no he hecho.
Y finalmente una posdata para Piu:
Hoy en el bar de abajo he ido a tomar un café y ¡oh! sorpresa en la mesa una edición antigua de la Editorial Molino (1962) del ilustrado de Miroslav Sasek, Esto es Londres.
Yo inocente de mi he pensado, debe ser un intercambio, vamos eso que esta de moda ahora de dejar un libro para que alguien lo coja. Soy un poco "Marnie la ladrona" en esto de libros y revistas, sobre todo si los encuentro en lugares públicos ya que tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no llevármelos. Pero finalmente he pensado que puede que fuera de alguien que se lo había olvidado y con toda mi buena intención le he preguntado al camarero.
Y sí el libro tenía dueño, más bien dueña, la propietaria del local que es una señora mayor, que tiene en la trastienda los libros infantiles de sus hijas, que saca a pasear cuando vienen las nietas. Por lo que me he quedado sin Sasek y muy arrepentida de haber preguntado.
Y Piu tenías razón mucho más bonita la edición de Molino de 1962, que esta reedición actual.
Et recomano, encara que sigui autopropaganda:
ResponderEliminarhttp://piscolabislibrorum.blogspot.com/2009/05/soldadito-de-plomo-dandersen-un-bon.html
Vaig tenir el mateix problema per a identificar l'il·lustrador.
¡Me muero! Un Sasek delante de tí y tú ¿comedida?. Recuerdo a la mujer- y su afán de hablar del tabaco y el cenicero- así que no sé que hubiera sido de tí, si te hubieses llevado la joya...si estuviera allí, te hubiese animado a salir pitando con él en el bolso; por un Sasek se pierden las formas si hace falta.
ResponderEliminar¡Pobres nosotras, víctimas de nuestra pasión!
En cualquier caso y conociendo tu bibliofília, supongo que ahora estarás mordiéndote las uñas pensando en qué guardará esa mujer en la trastienda. Te recomiendo que durante unos días vayáis al otro bar, para evitar "atracos a trastiendas" innecesarios.
Petonasos
PD: me hubiese encantado ver la cara de "la del café raro" durante el momentazo