A pocos días de empezar el mes de julio y a punto de editar nuestros próximos libros de narrativa.
Durante este último mes hemos estado trabajando en unas novelas que queremos dejar listas para que en el mes de septiembre puedan estar listas para entrar en las librerías, de alguna de ellas ya he escrito anteriormente como es el caso de L'abric de Proust, la novela de Lorenza Foschini en catalán.
Una narración que surge de la conversación entre la autora y el encargado del vestuario de las películas de Luchino Visconti, Piero Tosi, que le descubre la existencia de Jacques Guerin, coleccionista francés, propietario del abrigo de Proust.
Una novela que narra dos vidas en paralelo, la de Jacques Guerin y la de Marcel Proust partiendo de una anécdota, la existencia del abrigo y los muebles de la habitación de uno de los escritores fundamentales del siglo XX. Y como estos pasan de manos de su propietario a las de Jacques Guerin, ávido coleccionista de manuscritos.
Os recomiendo su lectura. Una pequeña historia, exquisita y delicada, que surge de algo tan ínfimo y cotidiano como una prenda de vestir y unos muebles. Un leve pretexto que nos encamina a descubrir la pasión insospechada de un coleccionista por poseer los manuscritos y los objetos de Marcel Proust.
El otro título y que está ya en imprenta, El club de los hachisinos seguido de El pie de la momia de Théophile Gautier (1811-1872), poeta, dramaturgo, periodista y crítico literario francés.
Gautier se sitúa en un cruce de corrientes literarias del siglo XIX y perteneció, junto al doctor Jacques Joseph Moreau y a Charles Baudelaire, al Club des Hachichins, un grupo fundado a mediados de 1840 que se dedicó a la experimentación con drogas y fue frecuentado por numerosos artistas.
El club de los hachisinos se publicó por primera vez en la Revue des Deux Mondes en febrero de 1846 y cinco años más tarde, apareció en el último tomo de la novela de aventuras Partie Carrée. Le Club des hachichins, era una sociedad parisina dedicada a la exploración del mundo de las drogas, en especial del hachís. Entre sus miembros, algunas de las mentes más brillantes del momento, famosos escritores y poetas como Théophile Gautier, Charles Baudelaire, Gérard de Nerval, Eugene Delacroix, Victor
Hugo o Alejandro Dumas. Los miembros del club asistían mensualmente a estas sesiones, en las que ingerían lo que cabe en una cucharita de café de resina de hachís mezclada con mantequilla, miel y pequeñas cantidades de opio, o “dawamesk”, un dulce elaborado a partir de la resina.
El pie de la momia. En 1840 se publicó Le Pied de momie un breve relato fantástico de Théophile Gautier. En esta historia, el narrador, una representación del propio autor, compra un extraño
objeto (el pie embalsamado de la Princesa Hermonthis) en un anticuario para hacerlo servir como pisapapeles en su despacho. A punto de quedarse dormido, el narrador asiste atónito a la aparición
de la princesa, quien se lamenta de la pérdida de su pie. El hombre, solidario con la hermosa muchacha, le devuelve el pie, y ella a cambio le entrega una estatuilla de Isis y lo invita a visitar la tumba
de su padre, Xixouthros.