Hoy un post corto (es un decir), Charles Bukowsky y dos libros: Appporte-moi de l'amour y Escritos de un viejo indecente.
Como tengo un lado un poco trash, ordinario, arrabalero, este es uno de mis escritores favoritos como tambien lo es Henry Miller, aunque este último, más el de Big Sur y Dias tranquilos en Clichy que el de los Tropicos o La Crucifixión Rosa ( Sexus, Plexus, Nexus)... ya que mis preferencias son más suaves en Miller.
Bukowsky es para los que no tienen miedo de lo vulgar, de lo ordinario, para los que no se sientan deprimidos de que los escenarios de las historias sean casas en barrios periféricos, ni habitaciones de moteles cutres y mugrientas, y de que Bukowsky sea un misógino y un misántropo, porque debajo de todo esto subyace un prosa magnífica y un escritor de primer orden, salvaje, con sentido del humor, enloquecido, sincero.
Un escritor y un hombre que vivió siempre en los bordes, en los márgenes acompañado por el alcohol y las mujeres...
Apporte-moi de l'amour, (Editions Mille et une nuits, 1999) son dos relatos cortos en un pequeño libro con un postfacio y una cronología de la vida del autor. El primero de los relatos va de un hombre que visita a su mujer internada en una clínica psiquiátrica, la cual aprovecha la visita para insultarle y acusarle de acostarse con todo bicho viviente, y la historia acaba cuando el protagonista en una habitación de hotel mientras hace el amor con su amante, recibe una llamada de su mujer desde el psiquiátrico y acaba peleándose con la amante por el teléfono. La segunda es un humorista que hace un monólogo cada noche en una sala cutre donde después de el salen unas bailarinas y hacen su número. Va de recesión, de diálogo ácido y duro con el público y como no de perdedores.
Esta edición cuenta con 8 ilustraciones de Robert Crumb el ilustrador norteamericano que fue una de las figuras emblemáticas del underground.
Y una de las curiosidades que me han hecho gracia del postfacio es que Bukowsky solo escuchaba Beethoven, Brahams y Bach mientras escribía. Paradojas de la vida, un escritor que nunca hubieras imaginado al que le pudiera gustar ese tipo de música.
Finalmente el libro de Anagrama (colección Compactos 2006, duodécima edición) Escritos de un viejo indecente, son los relatos escritos para la revista underground Open City publicados por City Light Books en 1973. Y aquí un pequeño párrafo (sin mayúsculas tal como está en el libro):
y entonces el sastre recordó aquellos tres cadáveres. uno estaba en la cocina, tumbado allí en el suelo, frente al fogón. otro estaba de pie, colgado por el cuello en el armario, rígido, de pie allí. y el otro en la bañera, sentado, tieso, bueno no exactamente tieso, porque podía verse la cabeza justo asomando por el borde. estaban empezando a aparecer las moscas y eso no le gustaba. las moscas parecían muy contentas con aquellos cadáveres, y si las espantaba se enfadaban muchísimo. nunca había oído zumbar a las moscas con tanta rabia. le atacaban, le picaban incluso, y, en fin, las dejó en paz.
se sentó otra vez a coser y volvió a sonar el timbre, parece que no me van a dejar coser, pensó.
Os recomiendo que los leáis, puede que no os gusten nada, pero también puede que disfrutéis un rato acabando de leer entre otros, el del sastre que mataba a aquellos que no le gustaban nada.
Inspiración perdida bien borracha,
ResponderEliminarmuchacha de procaz dicharachera,
deslenguada indecente tan tronera
que siempre da en el clavo que remacha.
En la brutal taberna, cucaracha
de tan recia coraza en la trinchera
de charcos malolientes, ¡quién dijera
que lo que siente sea amor sin tacha!
Se prepara la copa del pecado,
se alza en las voces desde el suelo,
se bebe y se prueba buen bocado
desnudos como Adán y Eva en celo
satisfechos del fruto regalado
por serpientes de sueños sin desvelo.
Y excusas de poema underground