miércoles, 6 de abril de 2016

Un nuevo libro en la colección La Licorne... "Bric à brac (Los coleccionistas)"







Con motivo de Sant Jordi en Sd ya tenemos publicado el último libro de nuestra colección de literatura francesa del XIX: Bric à brac de Édouard Dujardin.

Édouard Dujardin es unos de esos autores fin de siglo franceses algo desconocidos para el lector de nuestro país.

Edouard Dujardin, (Blois en 1861- París en 1949) hijo de un capitán de la marina mercante cursó sus estudios en el Lycée Corneille de Ruán y en el Lycée Louis-le-Grand de París. En 1855 fundó con el crítico francopolaco Teodor de Wyzewa La Revue wagnérianne, que, pese a su corta duración (1885-1888) tuvo enorme repercusión en el mundo cultural europeo. En 1886 se convierte en redactor jefe de La Revue Indépendante, de la que serían asiduos colaboradores figuras tan destacadas de Fin-de-siècle como Mallarmé, Huysmans y Laforgue. En 1888 publica su novela Les lauriers sont coupés (1887); Joyce la lee casualmente durante un viaje en tren en la edición publicada por «Le Mercure de France» en 1897 y queda fascinado por su estructura narrativa, que servirá de base a su Ulysses (1922). Fue precursor de una técnica de representación directa al lector del contenido y proceso psíquico del personaje. Este libro fue reeditado en 1924 con un prefacio de Valery Larbaud
Consagrado escritor, Dujardin, producirá una extensa obra literaria: novelas y relatos, poesía, teatro, ensayos, con una gran variedad de registros y todo ello a lo largo de una vida azarosa. 
Como muchos escritores de ese final de siglo francés que mantuvieron intensas relaciones de amistad con artistas, por ejemplo Hálevy y Degas, Dujardin mantuvo una relación de amistad con Toulouse Lautrec, el cual lo retrató en el famosa cartel del Divan Japonais junto a Jane Avril.


Bric-à-brac es un término que se refiere a objetos de colección, normalmente artículos de bajo valor. En esta novela de 1887, Edouard Dujardin traza el retrato de un grupo de coleccionistas de finales del XIX, que movidos por su afán de atesorar objetos, al margen de su utilidad o necesidad, caen en una vorágine de celos y avaricia; un sinsentido que minará la buena relación personal de ambos llegando a acabar con la salud de sus protagonistas.
Dujardin se vale del humor para caricaturizar a los personajes, cada cual más elocuente, y nos los da a conocer como actores de escenas muy teatrales. Una lectura divertida e instructiva a partes iguales, para iniciados y profesionales del mundo del coleccionismo y el arte. 

Esperamos que Bric à brac, inédito en lengua castellana, sea del agrado del lector y se divierta con su lectura tal como me ha sucedido a mi la editora.





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