A Maurice Sendak lo descubrí a finales de los años 70 en la colección que Alfaguara empezó a editar de ilustrado infantil, de el me compré como no su best-seller, Donde viven los monstruos, pero también ¡Didola Pidola Pon! o la vida debe ofrecer algo más y estos son dos de los muchos libros que me han ido acompañando a lo largo de estos años.
Durante un tiempo ambos libros los tuve guardados en el altillo de mi despacho, pero en una de mis periódicas limpiezas los redescubrí y como ya estaba inmersa en el proceso de ser editora aquí se han quedado en mis estanterías acompañando a todos los otros ilustrados que tengo.
preciosa il·lustració:))
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