Hemos estado casi dos días recuperandonos de el agotador día de Sant Jordi. Todavía tenemos todas las cajas de libros sin desempaquetar en el despacho.
Estuvimos desde las 8,30 de la mañana hasta casi las 9 de la noche. Como este año pasamos de una mesa pequeñita en Provença/Rambla de Catalunya a una mesa de casi 6 metros en Passeig de Gràcia nos fue mucho mejor que el año anterior, pero todavía tendremos que repulir algunas cosas. Ya que como nuestra inexperiencia a la hora de gestionar un espacio más grande era total, hay algunas cosas que no acabamos de tener claro, como el hecho de que el autor que está firmando debe tener un espacio diferenciado y acotado para que el comprador lo tenga claro.
Tuvimos mucho viento y mucho frío y continuamente debíamos vigilar que los libros y el horario de firmas no salieran volando, pero nos acompañaron muchos de nuestros autores, y también amigos que aprovecharon para vernos y comprar.
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